P. Luciano, nació en San Martino di Lupari –
Padova – el 3 de diciembre de 1928, hijo de Alessandro y Rosa.
Luego de los años del seminario menor entró en
el año 1949 en el noviciado de Crespano
del Grappa donde emitió los primeros votos el 5 de setiembre de 1950.
Frecuentó los estudios de Teología en Piacenza
donde hizo su Profesión Perpetua el 4 de octubre de 1953. Fue ordenado diácono
el 22 de diciembre de 1956 y sacerdote el 1 de junio de 1957.
Destinado a las misiones de Argentina y Chile
en la Provincia San José, llegó a Argentina en el mes de agosto de 1957 y fue enviado como vicario a Saénz Peña
hasta el 1959 y luego a Santiago de
Chile.
En el año 1962 viajó a Roma por el año de actualización.
De vuelta en la Provincia en el año 1963 fue nombrado Párroco en Bahía
Blanca donde comenzó la construcción del Colegio Parroquial.
En el año 1972 fue transferido a Santiago de
Chile como capellán de los Italianos y en el año 1975 fue nombrado Párroco en
Saénz Peña y siguieron desde el 1977 al
1986 nueve años de párroco en Mendoza.
En el año 1986 fue nombrado por un trienio
rector del Seminario Teológico de Munro.
En 1989
fue transferido a Buenos Aires como Párroco del Santuario de Nuestra Señora
Madre de los Emigrantes de La Boca. El testimonio de Lina Vita que trabajaba en el colegio en esa época y colaboraba con la parroquia lo describe como un hombre dulce y cariñoso. Se hicieron muchísimos eventos con él, los grupos estaban muy activos gracias al aliento que recibían. El siempre decía que estaba muy viejito pero no era así, solo que la enfermedad lo tenía a maltraer, pero no le disminuía la energía.
En el año 1991 volvió a Bahía Blanca como
vicario y luego desde el año 1992 al 1999 como Párroco.
Enfermo de diabetes tuvo que dejar la responsabilidad pastoral, pero permaneció en Bahía Blanca como
vicario hasta que las fuerza se lo permitieron.
En julio de 2003, debido a un ictus cerebral,
fue transferido al Hospital Italiano de
Buenos Aires donde, en la noche del 14 de agosto de 2003, luego de 46 años de
servicio generoso y fiel a los migrantes,
debilitado por variadas complicaciones e infecciones, entregó su vida al Señor.
En ocasión de la visita canónica en abril de
2002, P. Luciano, no obstante encontrarse con problemas de salud, estaba sereno
y contento por todo lo que el Señor le había permitido realizar especialmente
en Bahía Blanca y decía : “He construido
todo lo que hay en esta parroquia: la escuela, la casa parroquial y he renovado
la iglesia”
P. Luciano ha ejercido su ministerio misionero,
se entregó con generosidad y siempre ha
sido querido por los feligreses y cohermanos.
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